EL LITURGISTA PEDRO FARNÉS

Artículo de F. Xavier Parés publicado en la sección de liturgia de Cataluña Cristiana (4 de junio).

Todas las revistas y entidades relacionadas con la liturgia se hicieron eco del fallecimiento de Mn. Pedro Farnés que nos dejó el pasado 24 de marzo, a los 91 años de edad y 67 de sacerdocio. Aunque Catalunya Cristiana, en su día, informó de la muerte de nuestro liturgista, quisiera desde estos artículos litúrgicos de nuestro semanario, iniciados por otro muy querido liturgista, el obispo Pere Tena, hacer memoria y homenaje, a la vez, a Mn. Pedro Farnés Scherer.

El calificativo de liturgista es el propio y más adecuado a la persona de Mn. Pedro Farnés. Fue uno de los patriarcas de la liturgia en nuestra casa. Cataluña y España le debemos mucho, como gran estudioso que fue de la liturgia, que trascendió a nivel universal como buen liturgista de la Iglesia romana. Él siempre ha sido muy fiel a la tradición, a la historia, a los Padres y a las fuentes litúrgicas. El nombre del Dr. Farnés ha quedado escrito entre los nombres de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. No solo trabajó como miembro de un Coetus de la reforma litúrgica sino que fue un gran propagador, mediante su docencia en todo el mundo (Barcelona, ??Madrid, Roma, América, Japón…), y sobre todo también por sus escritos publicados en libros y revistas litúrgicas, de manera especial en la revista Oración de las Horas / Liturgia y Espiritualidad que él mismo había fundado. También encontramos al Padre Farnés entre los fundadores de las grandes instituciones litúrgicas catalanas, como son el Centro de Pastoral Litúrgica, la revista Phase, o el Instituto Superior de Liturgia de Barcelona.

Sus seguidores, que él nos tenía por jóvenes liturgistas, y que a su lado nos hemos ido haciendo mayores, lo hemos tenido siempre como hombre sabio e inteligente. Ha sido nuestro maestro de quien hemos aprendido buenas lecciones y, sobre todo, nos ha enseñado y enviado el amor a la liturgia. Cualquier duda o pregunta, siempre hemos acudido al maestro y Padre Farnés, que con sabiduría y afecto, no solo nos ha aclarado nuestras dudas sino que, con creces, nos ha comunicado su ciencia, y nos ha enseñado a estudiar y querer la liturgia reformada por el Vaticano II, que él mismo ha defendido y propagado con tanta valentía. Su carácter de hombre valiente y radical, le ha llevado a veces, tanto por escrito como de palabra, a defender sus ideas, con un gran amor a la Iglesia.

Últimamente, ya con una edad avanzada y la memoria más debilitada, se sentía un poco solitario. Había vivido una vida muy llena y activa al servicio de la liturgia y le costaba aceptar su jubilación. Aun así, un gran número de discípulos suyos siempre la hemos venerado y amado por tanto bien que a lo largo de su vida ha hecho, no sólo a nosotros y a tantos y tantos alumnos que ha tenido, sino a la misma Santa Iglesia de Dios que él siempre ha seguido y obedecido con gran respeto, amor y fidelidad.

Es un placer poder dedicar hoy este recuerdo lleno de afecto y estimación al maestro y profesor, al compañero y amigo de quien hemos aprendido tantas cosas buenas que nos han hecho amar más a la Iglesia y en su sagrada liturgia.

Mn. Farnés ha muerto a sus 91 años, ante el ordenador, corrigiendo su último escrito, que seguramente nunca leeremos. El Señor le pague todo el bien que ha hecho en esta vida, celebrando con mucha dignidad los santos misterios para dar culto a Dios a quien debemos todo honor y toda gloria, algo que sólo podemos tributarle por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo. Que la liturgia que él tanto promovió y el misterio que tantas veces celebró aquí en la tierra, ahora sean su gozo, de manera plena y viva en la celebración de la liturgia celestial.