Muchas parroquias de muchos lugares han iniciado las celebraciones de este domingo con un recuerdo de los cincuenta años del inicio de la reforma litúrgica promovida por el Concilio Vaticano II, que se puso en práctica el 7 de marzo de 1965, que era primer domingo de Cuaresma. Y también han recordado, en la oración de los fieles, los padres del Concilio Vaticano II y todos los que hicieron posible este paso tan valioso en la historia de la Iglesia, la mayoría de los cuales ya están muertos.
Este recuerdo se ha hecho siguiendo la propuesta que el CPL hacía en la «Hoja para la celebración» de Misa Dominical. Y es que realmente valía la pena recordar y dar gracias con motivo de aquel acontecimiento que no se ha borrado de la memoria de las personas más mayores, y que ha hecho que todos, mayores y jóvenes, podamos celebrar ahora una liturgia más viva, participada, más llena de la Palabra de Dios, más cercana a lo que Jesús nos encomendó hacer.
Cabe destacar cómo, con motivo de estos cincuenta años, el papa Francisco ha querido celebrar la Eucaristía, el sábado día 7, en la parroquia romana de Ognissanti (Todos los Santos), la misma parroquia en que ese día que ya parece tan lejano el papa Pablo VI celebró la primera misa en “la lengua del pueblo”, en este caso en italiano. Toda una invitación a continuar por este camino abierto y que tantos frutos de vida cristiana debe continuar dando.